martes, marzo 21, 2006

Dias contados

Cada vez tengo más claro que el sitio donde trabajo actualmente es circunstancial y pasajero.
Lo peor de todo esto es que tengo unos amigos que están sufriendo mis avatares en sus propias carnes, y no se como les podré compensar.
Me ha tocado un jefe que lo es por años en un puesto inferior, en el mismo departamento. Eso en el mundo militar se llama "chusquero". Pero obviemos por ahora calificativo tan poco apropiado.
No tiene formación, ni le interesa formarse, es lapidario tan solo a espaldas de la gente, tanto de la que conoce como de la que no conoce. Tiene una expresión de permanente burla, cuando tiene poco de que jactarse.
"Me gusta como trabaja ese gordo", me dijo una vez en referencia a un chico que estaba bajo mi supervisión en la instalación del centro. Pronunció las dos últimas palabras como si las escupiera. Me quede mirandolo, asqueado por sus curvas de circuito de formula 1, y le dijé "¿De quién, de X?", simulando no haberle entendido, demasiado cobarde para espetarle por un poco de respeto y educación.
Allá por donde ha pasado me han señalado que siempre han surgido problemas.
En mi departamento somos cinco personas, y él. De estas cinco, hay dos que solo viven para que su amo les haga una caricia en el lomo, cuando le traen el periodico en la boca. Lo peor es que se sientan con él a cuchichear, en su mesa, a reirse, de alguien con toda seguridad. Se de buena tinta que no hablan bien de mi, ni de uno de mis compañeros. No me importa porque siempre he hecho caso omiso de alabanzas y linchamientos. Pero pardiez!!..que no me provoquen, o voto a brios que los cuelgo del palo mayor!!!!.
He visto como nos abroncaba sin motivo alguno, incluso señalando que el único que hace bien las cosas es otro.
La última fue esta semana, en la que me quede solo con él. Estaba comprobando que una macro funcionaba en el Excel 2000, pues se la estaba haciendo a una jefa que me había pedido si podía hacersela (yo me lo tomé como un reto, puesto que el problema era interesante, y no había tocado el visual desde hacia tiempo) y me espetó totalmente ridículo, que si le estaba haciendo la pelota, que si se lo tendríamos que hacer a todos, que si eso significaba que íbamos ha hacernos cargo de todo el trabajo de mundo mundial, luego por supuesto me dijo que no le dijera a la jefa que él lo había dicho. Cobarde.
No quiero poner más ejemplos de lo penoso que es el trato personal. Yo solo pienso en hacer mi trabajo y fichar, no me importa nada más, aunque cada vez me resulta más y más difícil.
Profesionalmente este trabajo nunca ha sido un gran aliciente, aunque si que es cierto que me ha permitido aprender nuevas cosas desde la óptica de una gran corporación.
No se lo que es lo que me espera, pero el camino sigue y sigue desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos y que otros lo sigan si pueden.
Que ellos emprendan un nuevo viaje, pero yo al fin con pies fatigados
me volveré a la taberna iluminada, al encuentro del sueño y el reposo.

On the road again.

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